Puerto Plata: El destino turístico que aún no aprende a volar solo

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Puerto Plata, República Dominicana – Hace siete años, durante un almuerzo organizado por la Cámara de Comercio Domínico-Americana (AMCHAMDR), tuve la oportunidad de presenciar una disertación que, aunque en su momento no comprendí del todo, hoy resuena con más fuerza que nunca.

El orador invitado fue el empresario turístico Frank Rainieri, fundador del Grupo Punta Cana, quien abordó el tema “Puerto Plata hacia un turismo sostenible”. Tenía yo apenas 28 años, y aunque escuché atento cada palabra, fue con el tiempo y la experiencia que pude dimensionar la profundidad de sus planteamientos.

Rainieri afirmó entonces que “Puerto Plata no aprendió a volar solo”, señalando que el destino se había acostumbrado a depender del Estado para cada paso, como si fuese una cría de paloma alimentada por su madre. Esa dependencia, advirtió, impediría su madurez como destino competitivo y autónomo.

Hoy, sus palabras cobran más sentido. Años después, Puerto Plata suspendió la realización de su tradicional feria turística Discover Puerto Plata, precisamente porque el Ministerio de Turismo había asumido casi toda la logística, incluyendo la invitación y transporte de tour operadores internacionales. Una labor que, en su esencia, debió haber sido responsabilidad compartida con el sector privado y las instituciones locales.

Rainieri también alertó sobre la falta de cohesión del sector turístico en la región. Señaló que, mientras en Punta Cana había una sola asociación hotelera representando más de 40,000 habitaciones, en Puerto Plata existían más de cinco asociaciones para menos de 8,000 habitaciones. Esa fragmentación se ha traducido en una ausencia de liderazgo unificado. “En Punta Cana habla una sola voz en nombre de todos. En Puerto Plata, un grupo pide una cosa en el desayuno, otro pide otra en el almuerzo,” relató, recordando una anécdota con un expresidente dominicano.

Esa falta de unidad se hace más evidente hoy, cuando nuestra principal atracción turística permanece cerrada y no existe una solicitud conjunta y firme de las instituciones locales para exigir al Gobierno una explicación o solución. No hay una sola voz que hable en nombre de Puerto Plata.

Más que una crítica, esta reflexión nace desde el compromiso con el futuro de Puerto Plata. Como joven que ama profundamente esta provincia, creo que ha llegado el momento de asumir responsabilidades reales y dejar atrás la fragmentación que tanto nos ha limitado. Puerto Plata no necesita solo inversión o promoción: necesita unidad, liderazgo y visión compartida. Solo así podremos recuperar el lugar que merecemos dentro del turismo dominicano y demostrar que, con esfuerzo colectivo, sí podemos volar solos.

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